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CARTAS DE LUCIA A VENTURA

Guamacaro, 1ro. de mayo de 1960

Sr. Ventura Luis

Cojímar

Querido amor mío:

Sean mis sinceras líneas para expresarte el cariño que hay en mi corazón para ti. Antes de nada te saludo en el nombre el Señor y pido en tu favor te sientas bien; yo bien, gracias a Dios.

Vida mía, hace solo un rato recibí tu esperada cartica y en ella puedo notar tu sincero cariño hacia mí, pues no dudo de veras me quieres.

Te diré que íbamos a salir en estos momentos para La Picadora a celebrar un culto, y está cayendo un torrencial aguacero, y yo, imagínate como estoy de contenta, pues así de esta forma puedo escribirte más pronto y con más tiempo.

Amor mío, en estos días estoy pasando por duras pruebas en mi vida, pues Juanita mi hermana está enferma en el hospital, y como tú sabes, yo no puedo ir a verla, pero todo lo dejo en las manos del Señor, que él es quien puede cambiar todas las cosas.

A veces me parece que yo no tengo familiares carnales en el mundo; imagínate, pues, como sufre tu novia, pero a pesar de mis sufrimientos tú vienes a mi mente y te veo en el futuro siendo para mí como mi padre, hermano, compañero, y además un buen esposo que sabrá comprenderme y consolarme en mis tristezas con tu amor.

Tengo que arrepentirme de haber pensado mal por no recibir carta tuya antes, pero te pido que me perdones; no me tienes que dar las gracias por esos regalitos, puesto tú lo mereces todo.

Tengo una noticia que darte que quizás te agrade, pero quiero decírtelo cuando nos veamos.

Mi vida, acerca de lo que me dices, de lo que me prometiste, no te apures, que ya todo llegará Dios mediante sin que nos demos cuenta. Yo me he puesto a meditar que con pocas cosas más tenemos. Cuando nos veamos hablaremos de eso también, Dios mediante.

Hace unas noches estaba soñando que tú estabas en una casa y nosotros los juveniles en la máquina nuestra, y entonces tú viniste y te sentarse a mi lado; luego de pronto me vi que iba de brazo contigo, yo estaba de lo más contenta en el sueño, hubiera deseado que hubiera sido realidad, pero tengo que conformarme así por ahora, aunque sea verte en sueños nada más.

Pienso que pronto llegaremos a La Habana; ya nos quedan de la provincia de Matanzas nada más que dos o tres lugares, así que en una semana terminaremos, si Dios quiere. Ojalá que Luis se embulle y nos lleve una noche a la campaña de ustedes. Ora para que esto suceda (como dice la mexicanita, ora con fe).

Óyeme, Orestes dice que te va a escribir en papel de estraza. La familia de Orestes estaba aquí cuando llegó tu carta, pues Luis fue a Matanzas hoy y me la trajo. Las hermanas de Orestes se rieron muchísimos con la carta que tú le enviaste a Orestes.

Viejo, quiero que me digas algo de tu familia; ellos hace tiempo que no me escriben; yo le escribí a tu familia la semana pasada.

Laudoína me dijo que María había ido a la iglesia de La Lisa y se había parado enfrente como siempre lo hace. Me dijo ella que iba pintada y con el pelo suelto.

Dale mis saludos a todos los hermanos y a Samuel que tome caldo de cabeza de cherna. Lo saludas en mi nombre. Agusta te saluda.

Sin más por hoy, recibe el cariño de tu novia de que quiere con el alma y no te olvida nunca,

Lucía González de Luis

 

Notas: Puedes contestarme a Madruga para que llegue a tiempo. Dale saludos especiales a Jorge. Dice Agusta  que de parte de ella también lo saludes y que siempre lo aprecia, igual que a ti y demás campañistas.